por Gabriel Eiriz – @gabrieleiriz

De acuerdo a diversos indicadores como la recaudación fiscal, que registró un crecimiento del 33% interanual o la actividad de la construcción que en julio creció un 12% comparada con el mismo mes del pasado año, comienzan a verse señales que dan cuenta de un repunte en la economía argentina.

Actividad económicaEn el sector industrial también se observan tendencias positivas, el Estimador Mensual Industrial (EMI) creció un 0.3% en julio en forma desestacionalizada comparado contra el correspondiente a julio del año pasado. Esto indica una reversión de la tendencia negativa que venía observándose durante varios meses.

 

También se observan valores aceptables en materia de consumo, el indicador sintético de servicios públicos reflejó un crecimiento del 2.4% interanual.

La industria automotriz que venía registrando una caída sostenida en los últimos meses revirtió esa tendencia y ahora, según ADEFA,  la producción de autos creció en agosto un 7.1% comparada contra la correspondiente a igual mes del año.

Juan Latrichano, analista económico de la CGE explica que “indudablemente los planes que están direccionados a incrementar el consumo, son uno de los factores más importantes que están motorizando la actividad. Debemos tener en cuenta que el frente externo está virtualmente apagado, porque la mayoría de los países viene contrayendo su economía y con ello sus importaciones”.

El técnico destaca que este impulso se financia básicamente en los swaps acordados con China, pero advierte que en el orden interno depende puntualmente del déficit fiscal y el endeudamiento, este último particularmente financiado por el BCRA.

Sin embargo Latrichano se muestra optimista en cuanto al futuro, “a medida que la actividad económica crece aumenta la recaudación y si el gasto corre por debajo de la misma, la situación se revierte. Además debemos tener en cuenta que una parte importante del déficit concierne a intereses de la deuda pública y estos irán descendiendo con el correr de los años debido al proceso de desendeudamiento”.

En lo externo “el modelo cierra si hacia adelante se van creando incentivos a la producción que pueda sustituir importaciones. Dichos incentivos deberán provenir del campo fiscal”, advirtió.

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