La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s despojó el miércoles a Brasil del codiciado grado de inversión, al rebajar la nota crediticia a «BB+» desde «BBB-«, sólo 10 días después de que el Gobierno estimó un inédito déficit primario en la propuesta de presupuesto para el 2016.

Además de quitarle el grado de inversión, S&P señaló que puede colocar al país aún más dentro del grado especulativo al mantener el panorama negativo para la nota soberana.

El gigante sudamericano estaba buscando maneras de mantenerse entre los países reconocidos como buenos pagadores por parte de las agencias de calificación de riesgo.

La decisión de la agencia es un duro revés para el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta una crisis económica y política.

«Los desafíos políticos que Brasil enfrente continúan creciendo, pesando sobre la capacidad y la voluntad del Gobierno de enviar al Congreso un presupuesto del 2016 consistente con una significativa política correctiva señalizada durante la primera parte del segundo mandato de la presidenta» Rousseff, aseguró S&P.

A finales de agosto, el Gobierno envió al Congreso una propuesta de presupuesto con una previsión de un déficit primario consolidado equivalente al 0,34 por ciento del Producto Interno Bruto el próximo año, en medio de una recesión y de dificultades para aprobar medidas de ajuste fiscal.

La previsión de cerrar el próximo año con las cuentas en rojo fue realizada a poco más de un mes de que el Gobierno anunciara un drástico recorte de las metas fiscales para este año y los próximos dos.

Para S&P, la estimación de déficit primario en la propuesta de presupuesto del 2016 refleja divergencias internas sobre la composición y magnitud de las medidas necesarias para mejorar las cuentas públicas.

«Percibimos ahora menos convicción dentro del gabinete de la presidenta sobre la política fiscal»,aseguró S&P.

En julio, Moody’s rebajó la calificación crediticia de Brasil al último escalón dentro del grado de inversión, mientras que S&P había colocado la nota de la mayor economía de América Latina con panorama negativo.

Para Fitch, la nota soberana de Brasil permanece en «BBB», todavía dos escalones por sobre el grado especulativo, aunque mantiene una perspectiva negativa.

El difícil ambiente doméstico incluye los efectos sobre la economía derivados de problemas políticos, en medio de una investigación por un enorme caso de corrupción que involucra a compañías estatales, órganos públicos, empresas privadas y políticos.

En un escenario que viene minando el apetito de los inversores, la pérdida del grado de inversión eleva los costos del endeudamiento para las empresas locales y además podría reducir el flujo de dólares hacia el país. La moneda local, el real ya se ha depreciado más de un 40 por ciento en lo que va del año.

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