El expresidente de Bolivia Evo Morales acusó hoy al exmandatario Mauricio Macri de “enviar armas contra el pueblo» para apoyar al Gobierno de facto de Jeanine Áñez, surgido tras un golpe de Estado perpetrado en noviembre de 2019 en la nación andina, y lamentó que algunos dirigentes de la región defiendan a personas que en la actualidad están condenadas en su país «por cometer delitos de lesa humanidad» duranta aquella asonada. 

Lamentablemente, el expresidente Macri envió armamento contra el pueblo boliviano. Alberto (Fernández), en cambio, nos mandó medicamentos en plena pandemia (de coronavirus) Y todavía hay presidentes y expresidentes de la región que defienden a personas que están presos por delitos de lesa humanidad y provocar dolor», señaló Morales en diálogo con AM 750.

Respecto a las causas que se siguen en Bolivia por los hechos que en 2019 provocaron 37 muertes, el líder y fundador del Movimiento al Socialismo (MAS) remarcó que la Justicia de su país determinó que «hubo un golpe de Estado» contra su Gobierno.  

El primero en reconocer al Gobierno de Áñez fue el estadounidense Donald Trump, luego (Jair) Bolsonaro –de Brasil- y Macri. Cuando la derecha no puede ganar acude a un golpe de Estado, con la ayuda de una prensa aliada y sectores del Congreso que son cómplices. Es otra forma de golpe que usa el imperio norteamericano”, observó el expresidente del Estado Plurinacional de Bolivia 

Al analizar la situación de América Latina, el expresidente boliviano cuestionó a Estados Unidos al aseverar que «para el imperialismo norteamericano, los movimientos sociales y los sindicalistas somos terroristas», y consideró que el Gobierno de Washington lo ve como un «Osama bin Laden andino”.

Evo Morales concluyó que “en Estados Unidos no hay golpes de Estado porque no tienen una embajada de Estados Unidos”.

Tras el golpe de Estado que derrocó a Morales, se verificó que desde la Argentina partió un cargamento aéreo con balas de goma y pertrechos represivos que fueron recibidos por las autoridades castrenses de Bolivia, que por esos días llevaban a cabo acciones represivas para consolidar el Gobierno de Áñez.  

Los hechos que dieron origen a esta investigación fueron denunciados hace un año a través de una presentación firmada por el ministro de Justicia, Martín Soria; la entonces ministra de Seguridad, Sabina Frederic, y la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont.

En el expediente se encuentran imputados el expresidente Macri; sus ministros de Seguridad y Defensa, Patricia Bullrich y Oscar Aguad; el entonces embajador en Bolivia, Normando Álvarez García; el exdirector general de la Gendarmería Gerardo José Otero, y los entonces directores de Logística y Operaciones de esa fuerza, Rubén Carlos Yavorski y Carlos Miguel Recalde, respectivamente. 

Ayer, el jefe del equipo de Operaciones Especiales que viajó a Bolivia en noviembre de 2019 declaró ante la justicia que la orden de llevar las municiones anti tumulto que terminaron en manos de las fuerzas represivas bolivianas fue de la entonces «conducción superior de Gendarmería» de la administración de Mauricio Macri.

Martín Hidalgo, que por entonces era segundo comandante y jefe del equipo de Operaciones Especiales que iba a proteger la Embajada y la Residencia Argentina en Bolivia, declaró como testigo, bajo juramento de decir la verdad, ante el juez en lo Penal Económico Alejandro Catania.

A lo largo de la declaración Hidalgo contó cómo fue convocado para desplazarse a Bolivia; detalló que primero se barajó la posibilidad de ir en un vuelo comercial y finalmente lo hicieron en un Hércules de la Fuerza Aérea y aseguró que el traslado de las municiones lo ordenó la cúpula de la Gendarmería del Gobierno de Cambiemos.

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