El presidente Alberto Fernández y el cotitular de la CGT y secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, se reunieron para almorzar en la Casa Rosada, en medio de la interna de la central y del oficialismo.

Se trató de un buen encuentro, interpretado como un respaldo de Moyano a la gestión del Gobierno y una forma de bajarle el tono a la pelea dentro de la central trabajadora.

El líder Camionero se había diferenciado en las últimas semanas de sus pares de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, y había lanzado advertencias al Gobierno sobre salir a la calle ante posibles ajustes que podría provocar el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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Además, Pablo Moyano se había mostrado la semana pasada con el jefe de La Cámpora y diputado nacional, Máximo Kirchner, uno de los principales críticos de Fernández dentro del Frente de Todos a nivel económico.

Sin embargo, los gestos de acercamiento a la Casa Rosada comenzaron el pasado viernes, cuando el dirigente sindical estuvo en Casa Rosada en una reunión con el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.

Luego, este lunes, participó por primera vez de la convocatoria que hizo el Gobierno a los gremios y empresarios en el Ministerio de Economía, algo que había evitado durante los primeros encuentros de ese tipo.

En ese contexto llega hoy este encuentro en el despacho presidencial, para comenzar a encauzar la unidad, al menos, por el lado sindical, ya que en medio de la «guerra» contra la inflación, el Gobierno necesita una postura única dentro de la CGT.

Antes de ir a Balcarce 50, Pablo Moyano pasó por el Senado, donde impulsado por el kirchnerismo comenzó el debate del proyecto que busca crear un fondo destinado a pagar la deuda pública con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a partir de fondos fugados. (NA)

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