El número de recién nacidos en China en 2018 podría haber caído a su registro más bajo desde el 2000, según expertos que advierten de una «crisis demográfica» en el país asiático, informa hoy el diario hongkonés South China Morning Post.

Según el rotativo, las estimaciones apuntan a que el número total de nacimientos en 2018 estaría por debajo de los 15 millones, lo que implicaría un descenso de cerca del 15 % si se compara con los 17,23 millones registrados el año anterior.

De confirmarse, la cifra -calculada con datos municipales y provinciales- estaría «muy lejos» del objetivo de 20 millones de nacimientos marcado por las autoridades chinas, que abolieron la política de hijo único hace tres años para favorecer la natalidad.

«El año 2018 será recordado como un punto de inflexión histórico para la población china», afirmaron Yi Fuxian y Su Jian, coautores de un artículo científico que ilustra el retroceso paulatino en el número de chinos.

«Una gran nación, representante de casi un tercio de la población mundial en el pasado, está degenerando poco a poco en un grupo de ancianos gracias a unas políticas demográficas erróneas», sostienen.

Dicho cambio en la política de hijo único pretendía aumentar la tasa de fertilidad hasta 1,97 hijos por mujer en 2017 y 2,09 en 2018, lo que conllevaría 790.000 nacimientos más en este último año, un objetivo que parece lejos de haberse cumplido, según el periódico oficial Global Times.

En este sentido, la caída ha sido especialmente notoria en alguna de las provincias con mayor tasa de natalidad de China, como la de Shandong (este del país), que ha registrado acusados descensos en este último año en ciudades como Liaocheng (26 %) y Qingdao (21 %).

El economista Hua Changchun admitió al South China Morning Post que una bajada repentina en el número de nacimientos probablemente constituya «el inicio de una larga y nueva etapa durante la cual la población se contraerá».

Asimismo, Hua explicó que factores como el progresivo envejecimiento de la población, la baja cifra de nacimientos y una pirámide poblacional en la que el grupo de entre los 20 y los 50 años sea cada vez menos numeroso podrían afectar a la economía china.

El 1 de enero de 2016 entró en vigor la reforma legislativa que permitía a todas las parejas chinas tener dos hijos y ponía fin a casi cuatro décadas de estricto control de la natalidad que, según cálculos, evitó unos 400 millones de nacimientos.

Pese a esto, el coste elevado de aspectos como la educación o las nuevas prioridades laborales de las mujeres frenan a las parejas que quieren tener su primer hijo, así como a las que desean tener al segundo. (EFE)

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