La muerte del último iluminista popular a nivel mundial se produjo luego de algunas complicaciones derivadas de su esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad neurodegenerativa progresiva que le paralizó el cuerpo a los 21 años.

Entre otros méritos, Hawking revolucionó las teorías sobre el cosmos, entre ellas las que se refieren, nada menos que al origen del universo y los agujeros negros.

Sobre la muerte del científico, sus hijos Lucy, Robert y Tim señalaron que «fue un gran científico y un hombre extraordinario, cuyo trabajo y legado vivirá por muchos años».

Hawking llegó a la popularidad universal cuando publicó su libro de divulgación Breve historia del tiempo, best seller que vendió millones de ejemplares desde su edición en 1988.

Cada una de sus intervenciones generó polémica en el mundo científico (además del religioso, que nunca lo tuvo entre sus personalidades favoritas) ya que su teoría sobre el cosmos contradecía la instalada creencia científica de la era contemporánea sobre que cualquier tipo de energía o materia que ingresa en los agujeros negros queda atrapada allí.
Según SH, estos cuerpos oscuros emiten radiación, algo que en la comunidad científica ahora se conoce como la radiación de Hawking.

El científico británico también jugó un papel destacado en los esfuerzos matemáticos para unificar la teoría general de la relatividad de Einstein con los conocimientos emergentes de la física cuántica.

En los últimos años el físico señaló de forma insistente (y lo hizo hasta hace semanas) que la humanidad se enfrenta a una extinción no tan lejana. Entre esos factores mencionó siempre el cambio climático y la carrera nuclear.

Según sus palabras, al mundo no le quedarían más de cien años de vida.

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