Un informe compartido en redes sociales por el sitio Revolución Popular, compila varias etapas de la vida política del presidente Mauricio Macri y su vínculo con la protección de la mujer, o mejor dicho, su displicencia en materia de políticas de género.

El presidente asegura que la lucha contra la violencia de género está en el “centro de la agenda”. Sin embargo, sus palabras contradicen sus acciones pasadas.

Apenas un año atrás, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), la Comisión Argentina de Migrantes y Refugiados (CAREF), la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI) y la Fundación Siglo 21 denunciaron la decisión del gobierno del poder Ejecutivo en recortar el presupuesto asignado a programas destinados a prevenir la violencia de género y a asistir a las víctimas.

La organizaciones presentaron además un recurso de amparo ante la Justicia para que se declare la inconstitucionalidad de la medida adoptada por el jefe de Gabinete de ministros de la Nación, Marcos Peña, quien invocó facultades extraordinarias para reducir las partidas asignadas en el Presupuesto 2017 al Consejo Nacional de las Mujeres y al Plan Nacional de Acción contra la violencia de género.

El proyecto original de presupuesto enviado por el Ejecutivo para el año 2017 no incluía una partida destinada al PNA, que requería fondos por 47 millones de pesos para su primer año de ejecución (excluyendo los fondos necesarios para el plan de construcción y equipamiento de los Hogares de Protección Integral). Además, en el proyecto del gobierno de Macri el presupuesto asignado al CNM se reducía un 8% en términos reales, si se tomaba en cuenta la inflación prevista por el propio Poder Ejecutivo.

Finalmente el Presupuesto aprobado el 3 de noviembre de 2016 incorporó una asignación adicional de 20 millones de pesos al CNM (pasó de los $96.500.250 originales a $116.500.250) al tiempo que se agregó una línea presupuestaria adicional específica para las acciones contempladas en el PNA por la suma de 47 millones de pesos.

Pero Macri era Macri también en su rol de Jefe de Gobierno Porteño en la Ciudad de Buenos Aires, el avance político del PRO en la Ciudad desde el año 2007 se tradujo en el retroceso de las políticas con perspectiva de género en la ciudad. Si bien con una continuidad formal de servicios y programas, se produjo una paulatina reformulación de los mismos a través del recorte de personal y de transferencia de recursos y competencias al ámbito del sector privado, tanto a partir de subsidios como por acuerdos de cooperación, e incluso a través de la cesión de espacios y edificios estatales para ser gestionados por organizaciones del tercer sector.

Las estadísticas relativas a la atención de consultas sobre violencia familiar y otras temáticas recibidas por la línea telefónica de la Dirección General durante la década pasada dan cuenta del deterioro creciente de estas políticas públicas. La disminución de consultas recibidas documentadas para el período 2004-2010 –que pueden verse en la Dirección de Estadística y Censos de la CABA– tiene que ver con la falta de campañas de difusión de los servicios, con los recortes y traslados de personal que caracterizaron esos años de gestión macrista.

Un relevamiento organizado desde la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud en 2012 dio como resultado la existencia de solamente nueve abogadas patrocinantes para toda la ciudad, contando el CIM de Lugano con una sola profesional para toda la comuna.

Las propias delegadas gremiales habían denunciado el vaciamiento y deterioro paulatino del presupuesto y los recursos humanos y materiales de la Dirección General en la gestión de Mauricio Macri desde el año 2008 hasta su salto al gobierno nacional.

La Dirección General de la Mujer perdió competencias en los temas referidos a explotación sexual y la trata de personas, tareas que se diluyeron en varios organismos de gobierno sin eficacia ni agilidad en la detección y prevención.

Y la frutilla del postre fue en 2014, cuando el aspirante a la Casa Rosada habló de su armado en Tierra del Fuego y se metió en la conversación previa de los conductores de la FM Masters de Ushuaia. El tema era: piropos subidos de tono y campañas públicas que los condenan. Fue entonces cuando el líder del PRO salió en defensa del flirteo y expresó: “A todas las mujeres les gustan que les digan un piropo”.

“Aquellas que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada”, expresó Macri ayer en una declaración que generó polémica en la provincia y en las redes sociales luego que el ahora presidente aseguró que «por más que esté acompañado de una grosería, que te digan qué lindo culo que tenés, está todo bien”.

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1 Comentario

  1. DA ASCO VERLO. DA ASCO OIRLO. DA ASCO ESCUCHAR LAS PELOTUDECES QUE DICE EL IDIOTA RETARDADO.
    DAS ASCO MACRI. DESEO QUE TE MATEN.

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