Impulsados por factores financieros, y con una cierta dosis de especulación, los productores de trigo retendrán su cosecha, al menos hasta mediados del año que viene, según destacan distintos analistas. Ocurre que la diferencia que hay entre el precio del mercado disponible y el futuro, muestra que si se posterga la entrega del cereal por seis meses se obtendrá una ganancia en este último de u$s20 por tonelada.

Esta mejora alienta al productor de esperar a vender el grano y pactan la entrega a valor de julio de 2017. Además, aseguran, los gastos de cosecha serán cancelados con la venta de soja, maíz o la toma de créditos.

En rigor, el trigo tiene un precio hoy de u$s147 mientras que el contrato julio es de u$s166 la tonelada. La diferencia del 13% se da en un contexto en donde existe una oferta mundial no vista en los últimos 30 años.

“Este margen positivo marca una alto índice de rentabilidad que si se toma un crédito financiero”, afirmó a este al diario BAE el director de estudios económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada.


La diferencia de precios con el
mercado a futuro explica la retención


Según varios corredores consultados, muchos productores vienen anticipando que no venderán el trigo y cierra contratos. En ese sentido, revelaron que los costos de acopio y almacenaje será cubierto con préstamos bancarios dado que con una tasa de interés del 17% anual es más barato acceder a este último y obtener una ganancia del 13% semestral reteniendo el cereal.

Además, los operadores señalaron que otros productores que tienen espalda financiera a partir de la venta de maíz que hoy también muestra una diferencia en el futuro del 9% contra una soja del 3 por ciento, tomarán los créditos para hacer movimientos en la compra de agroquímicos dado que todo queda en dólares. Hoy el chacarero sostiene que el tipo de cambio subirá.

El impacto en harinas y pan
La retención podría ocasionar algún faltante para la industria molinera que deberá ofrecer un buen precio para hacerse de la mercadería. Pero esa mejora ocasionará un traslado a la harina y por consiguiente al pan. Las fábricas necesitan de 500.000 toneladas mensuales para abastecer la demanda interna.

Por otro lado, desde la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, el analista de mercado Iván Ullman aseguró que “las zonas comprendidas entre el sudeste de la provincia de Buenos Aires y el norte, muestran campos en donde todavía hay soja y maíz lo que habla de las alternativas de venta con lo cual se entiende que no habrá una necesidad fuerte de comercializar el trigo”.

Por ende, agregó, el productor está armando una estrategia comercial de vender en su defecto lo necesario y después ver que pasa con el mercado con el objetivo de lograr mejores precios.

Los corredores también manifestaron que los primeros trigos que llegan del norte del país muestran buenos cuadros de calidad.

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