Según comunicaron a este medio los dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Educación – (UTE), en el nivel medio la deserción llegó al 80 por ciento.

En el Colegio 12 de Villa del Parque no hicieron la evaluación y realizaron asambleas estudiantiles. El Colegio 4, Nicolás Avellaneda, la escuela media Tosco, y la García Lorca, también entregaron en blanco como acto de protesta. En la escuela 6 del Distrito 5 los alumnos no respondieron el multiple choice y realizaron distintas actividades en el establecimiento.

En el nivel primario alcanzó el 70 por ciento de ausentismo. En el Distrito 21de Villa Lugano hubo alto ausentismo de los niños, sólo estuvo presente el 33%. En el Distrito 12 de Flores el ausentismo alcanzó el 61 por ciento. En el barrio de Palermo el 70 por ciento no participó de la medición y en la escuela 9 D.E. 9 no concurrió ningún chico/a. En el Distrito 19 de los barrios de Pompeya, Soldati y Bajo Flores el ausentismo llegó al 80 por ciento. Mientras que en los barrios de Parque Avellaneda y Mataderos el 67 por ciento de los niños y niñas no asistieron a la evaluación.

Las escuelas normales, aquellas que forman docentes presentaron un nivel de ausentismo del 90%. En los normales 1, 2, 5, 6, 7 y 8, casi no hubo alumnos tanto en primaria como en secundaria. En el Normal 9 entregaron en blanco los del nivel secundario a modo de protesta. Este ausentismo cobra mayor relevancia porque la realización de la misma era condición para que se les otorguen las becas a estudiantes de profesorado. Esto muestra que el carácter anónimo de la encuesta era una mentira. Las autoridades ministeriales habían dicho que las evaluaciones iban a ser anónimas pero los aplicadores pidieron los nombres a cada chico y los vinculaban con el número que tiene la evaluación.

De la misma manera, el 90 por ciento de los estudiantes de las escuelas Artísticas no realizaron la evaluación, lo que evidencia el absoluto rechazo a este tipo de medición estandarizada, descontextualizada y sin participación de los actores del sistema educativo

Este operativo se proponía medir algunos conocimientos de las alumnas y los alumnos de 6to grado, 5to y 6to años en cuatro áreas de todas las escuelas, y 3er grado y 2do año de otras.

En un artículo publicado en Página 12, el secretario genereal de UTE-CTERA, Eduardo López sostuvo que «el gobierno de Cambiemos se apresta a usar una medición estandarizada de nulo rigor científico para mostrar un resultado puesto de antemano. La construcción de un relato que muestre un sistema educativo en ruinas es tan necesaria como la que se utilizó para privatizar el sistema previsional a través de las AFJPs o para rifar el patrimonio del Estado».

Las familias porteñas ya se habían expresado en contra del operativo porque se trata de una evaluación externa que no la toman los maestros y profesores del grado o curso, sino que el gobierno envía aplicadores contratados. Además, no tiene en cuenta las particularidades de cada chico, del grado, de la escuela, y del contexto social y cultural al que pertenece.

Además, está basado en los intereses de organismos empresarios y de crédito internacionales que son quienes deciden los contenidos a evaluar y así pretenden entrenar a las/os estudiantes en torno a los temas que son objeto de examen, y no algo que se construye colectivamente entre los actores del ámbito escolar.

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