Rodolfo Pousá, actual presidente y vaciador de la Agencia Nacional de Noticias Télam, volvió por segunda vez a la conducción de la noticiosa fundada por Perón en 1945 para completar el plan que tenía en 2001: liquidarla y cerrarla definitivamente.

Pousá ya había ocupado el mismo cargo entre los años 2000 y 2001, durante la gestión de la Alianza con Fernando de la Rua en la presidencia. Un paso muy polémico porque durante su corta gestión llevó adelante intentos ciertos para liquidar la agencia que finalmente no llegaron a materializarse, fundamentalmente por la fuerte resistencia de sus trabajadores y la caída del gobierno.

TE PUEDE INTERESAR: En el maravilloso mundo de Vidal, más de la mitad de los chicos son pobres

No obstante, Pousá logró reducir de manera importante la cantidad de empleados de la agencia, llevándolo de aproximadamente 600 a 450, mediante el conocido mecanismo de los retiros voluntarios que no son otra cosa que despidos encubiertos.

Para tal fin se utilizó un crédito del BID por cerca de 20 millones de dólares que había sido tomado con el argumento de financiar la modernización tecnológica de la agencia pero que finamente se empleó en su totalidad para pagar las indemnizaciones derivadas de los mencionados retiros voluntarios, dando lugar a un escándalo de proporciones mayúsculas.

Al mismo tiempo que se deba la resistencia ante el intento de cierre, se generaba una disputa entre la Secretaría de Medios de la presidencia, en manos de Darío Lopérfido que había puesto algunos reparos a la medida y el Ministerio de Economía que la impulsaba con fuerza.

El fuerte impacto negativo que provocó la medida hizo finalmente desistir al gobierno de llevarla adelante, no obstante lo cual la orden recibida por Pousá, y que ejecuto con firmeza, fue la de reducir su planta de trabajadores.

Hoy, casi 18 años después, el hombre puesto por Hernán Lombardi, ejecutó esta semana 354 despidos y otros tres con anterioridad. Su principal argumento para semejante limpieza, es el crecimiento que tuvo la agencia durante el kirchnerismo. Un argumento falaz por donde se lo mire, más aún si se tiene en cuenta que la Agencia Télam, se modernizó en la última década incorporando un Portal web, un departamento de televisión, otro de radio y todo tipo de canales informativos que requieren de trabajadoras y trabajadores con gran capacitación para llevar adelante semejante tarea.

Pero además, entre los despedidos hay trabajadores con más de 15, 20 y 25 años de trayectoria.

Pese a todo esto, Rodolfo Pousá no tiene autoridad moral ni profesional para señalar y estigmatizar a los y las periodistas que dejó sin trabajo tras un vergonzante señalamiento ideológico. Su carrera que inició en la década del 70 y lo tuvo como cronista de calle entrevistando a dictadores y genocidas. Trabajó en Canal 11, Canal 9 y América. Fue gerente de noticias de Canal 13 y también corresponsal para medios extranjeros.

En un video editado por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) se lo puede ver en acción reporteando a funcionarios de la dictadura como si fueran carmelitas descalzas y con preguntas que se suponen amistosas para que los nefastos funcionario desplieguen todo su aparato de su siniestra propaganda.

print