Irregularidades y persecución política en Télam
La Agencia Nacional de Noticias en el ojo de la tormenta.

En las últimas horas creció un fuerte rumor sobre la ejecución de un plan del gobierno, previamente concebido, para destruir la agencia Télam. Según trascendió, hay 400 telegramas listos para ser enviados esta semana, mientras el mundial de Rusia se lleva toda la atención de la sociedad.

Así lo denunciaron las trabajadoras y los trabajadores de la agencia de noticias y publicidad estatal, nucleados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA),

«Denunciamos la existencia de un proyecto cierto, verificado, de ejecución inminente, destinado a desmantelar un medio público fundamental del Estado argentino, con 73 años de vida, a través de la promoción de despidos masivos y la destrucción de su servicio federal, con el objetivo de terminar de acomodar el ecosistema de medios y modelarlo al servicio del capital concentrado», lanzaron en un comunicado.

El ministro Hernán Lombardi se dispone a ejecutar un drástico plan de destrucción de la agencia: despidos en masa, eliminación de la función publicitaria de la agencia y el feroz disciplinamiento de toda voz en la redacción para poner de rodillas a la agencia y que sea, como nunca antes, una agencia gubernamental y no del Estado. Una agencia al servicio de los funcionarios y no de la sociedad civil.

Obediencia o desempleo, es el lema del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.

De esta manera, desde SIPREBA Llaman a todas las centrales sindicales y asociaciones gremiales de cualquier tradición política «a advertir la gravedad de los hechos. Ya no habrá voz del conflicto social ni del conflicto gremial que tenga micrófono».

En línea con el pedido a «los colegas y asociaciones de periodistas a reaccionar ante la feroz limitación que el vaciamiento de Télam y su reducción a una expresión mínima, simbólica, supone para la libertad de expresión», Portal de Noticias se solidariza y pone todo su capital periodístico al servicio de las trabajadoras y trabajadores de esa empresa estatal.

Sin trabajadores de prensa, no hay libertad de expresión. Sin medios públicos, tampoco.

En otro orden, desde ses gremio alertan a los abonados de la agencia, que compran el servicio, a «estar en guardia ante los «contenidos periodísticos» que la agencia emitirá -desde usinas clandestinas, ya montadas en otros edificios- en los próximos días, en la ficción de que la empresa no se encuentra en conflicto y que se emite un «servicio informativo. La política del simulacro».

Trabajadores de Télam adelantaron que, «como ya lo hicimos ante otros proyectos de cierre en 1996 y 2000 frente a políticas del mismo cuño, la existencia y el valor social de la agencia pública y publicitaria de noticias».

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