Minutos antes que el oficialismo consiguiera el quórum necesario para comenzar el debate de la reforma previsional en la Cámara Baja, un grupo de manifestantes que no superaba las 60 personas, derribó varias de las vallas que blindaban el Congreso de la Nación, por lo que las fuerzas de seguridad avanzaron sobre los ciudadanos y desataron una nueva represión. Esta vez a cargo de la Guardia de Infantería de la Policía de la Ciudad.

La violencia se desató en Avenida Rivadavia, casi esquina Rodríguez Peña, cuando un grupo de encapuchados, mezclados entre cientos de miles de manifestantes pacíficos, removieron los vallados y comenzaron a arrojar piedras, petardos, botellazos y algunas bombas molotov, en tanto la Guardia de Infantería repelió el ataque. Sin embargo, otro grupo de manifestantes le pedían al resto de los presentes que no agredieran a las fueras de seguridad para evitar la represión.

De esta manera, la fuerza que comanda el ministro de Seguridad Porteño, Marín Ocampo reprimió con bombas de humo y buscó dispersar a los presentes con el uso de carros hidrantes y gases lacrimógenos, asimismo se produjo la detención de manifestantes.

Tras el avance de las fuerzas, la Policía de la Ciudad pudo reestablecer el vallado y sumó al operativo un helicóptero que vigila la zona.

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