El presidente Mauricio Macri definió como «un paso adelante» la suspensión del camarista federal Eduardo Freiler por parte del Consejo de la Magistratura en lo que fue una votación amañanda y envuelta en un escándalo.

«Es un paso adelante enorme hacia la Argentina de la seriedad, hacia el fin de la impunidad, a que realmente volvamos a creer en nuestras instituciones», subrayó el jefe de Estado.

Las instituciones es justamente lo que se llevó por delante el oficialismo al montar una operación que tenía a Mario País (reemplazante de Ruperto Godoy) encerrado en la Corte Suprema a la espera de la jura para poder ir hasta el Consejo a ocupar su banca y emitir su voto, mientras los consejeros alteraron el orden del día y apuraron la votación contra el juez Eduardo Freiler, presumiblemente para que de aquí a octubre la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal avance contra la expresidenta Cristina Kirchner en la causa «Los Sauces». Lo que ha propiciado el macrismo es una de las maniobras más graves en más de 30 años de democracia que vulnera todo el ordenamiento jurídico y arrasa con el Estado de Derecho.

«Quiero felicitar a los consejeros de la magistratura. Por este camino vamos a lograr cada vez un país más confiable», subrayó Macri, en una conferencia de prensa que brindó en la Residencia de Olivos junto con el titular del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

El Consejo de la Magistratura aprobó este jueves la suspensión de Freiler por presunto mal desempeño de sus funciones. Tras la polémica maniobra permitió contar con una mayoría circunstancial, luego de que la Corte Suprema postergara por unas horas la jura del senador Mario Pais, que reemplazará al expulsado Ruperto Godoy.

Esta «demora» permitió al oficialismo contar con los votos necesarios para aprobar la suspensión y juicio político de Freiler.

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