Mientras aparecen los primeros indicadores de recuperación, el empleo en la industria mantiene su descenso constante, con un problema central para el Gobierno: el mayor impacto se da en las zonas fabriles del conurbano bonaerense donde se juega el casi 40% de los votos de las próximas elecciones legislativas. En el Gran Buenos Aires, el empleo industrial cayó 6,69% en el segundo trimestre de este año, según los relevamientos del Ministerio de Trabajo.

Sucede que el núcleo duro de votos para Cristina Fernández que se estima en el 30% y muy por arriba de lo que pueda lograr Cambiemos. Buena parte se explica por el impacto negativo de las políticas económicas del gobierno nacional en municipios como La Matanza. Allí hubo una caída en las ventas del 37% en mayo, según los datos de la secretaría de Producción del municipio. De los 45 mil puestos de trabajo que se perdieron en la industria en el último año, 27 mil están enclavados en esa región de la provincia de Buenos Aires.

Para enmascarar esa situación, el Gobierno volcará este año unos $ 6 mil millones en La Matanza entre obra pública, cloacas y obras de transporte (con el Metrobus como nave insignia), según publicó el diario PERFIL hace dos semanas. De acuerdo a las encuestas que manejan los candidatos, sin embargo, en ese territorio, la formula de Unidad Ciudadana que encabeza Cristina Fernández saca entre el 45 y 52% de los votos.

Las noticias de despidos se repiten en el Gran Buenos Aires. Al cierre de la planta de Pepsico en Florida se sumó en las últimas semanas una serie de despidos en Adidas, nuevas bajas en Cresta Roja y otras imágenes cotidianas, como el reciente cierre de Distripaper en San Martín o una tabacalera en Berazategui. Por eso el Gobierno apela a más asistencias anti-despidos, los “repro”, que son giros a compañías para que no echen gente.

Además de los anuncios, a través del programa de Transformación Productiva del ministerio que dirige Francisco Cabrera, casi una veintena de empresas aportará otros 2.400 puestos de trabajo a la provincia de Buenos Aires. Entre ellas, la empresa de electrodomésticos Visuar acordó incorporar unos 300 empleados, mientras que Smart Consumer, de servicios de informática, sumará cuarenta trabajadores, ex empleados de las armadoras de computadoras que ahora se dedican a la importación.

Otra de las regiones golpeadas es el polo industrial de San Martín. Allí, según la encuesta del Observatorio Económico municipal que se hizo entre el 29 de mayo y el 30 de junio entre 250 empresas, la ocupación cayó un 11,5% en alimentos y bebidas, un 10% en muebles y un 7% en madera y un 5,5% en textiles. En promedio, las industrias del partido vieron una caída en ventas del 14% en el último trimestre.

Casi el 60% de los empresarios de San Martín consideran que la situación económica general, la caída de la demanda, y el incremento en costos y tarifas son los factores que contribuyeron con mayor intensidad al empeoramiento de su situación. En ese partido, las encuestas la dan a Cristina Fernández como ganadora con un piso de 5 puntos sobre Esteban Bullrich, apalancado sobre la buena imagen de Vidal.

Según datos de la provincia de Buenos Aires, el empleo subió 0,2% en junio, impulsado por construcción (1,8%), servicios y comercio (0,6% cada una), mientras que la industria cayó 0,3% y transporte, 0,2%. Cuando se mira dentro de la industria, la EIL confirma el retroceso del sector. “Es el valor mínimo desde el Iº trimestre de 2010”, analizó Luis Campos, del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma. “El aglomerado que muestra la mayor caída es el Gran Buenos Aires que se encuentra en el valor mínimo desde el último trimestre de 2009. En el resto de los aglomerados, si bien la caída tiene una menor magnitud, también en muchos de ellos estamos en mínimos desde 2009 (Córdoba) o principios de 2010 (Rosario)”.

La consigna es frenar a Cristina a como dé lugar y el gobierno está dispuesto a motorizar cualquier estrategia que permita consolidar a sus candidatos en los distritos más populosos del conurbano. Por eso, ahora recurre al «populismo» que tanto denostó Macri en la campaña y desde que asumió en el poder. Todo vale para frenar el creminento de la expresidenta.

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