El presidente Mauricio Macri prevé avanzar esta semana en una medida que sabe será polémica: la fusión de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) junto con la Autoridad Federal de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (Aftic) entre ambas conformarán un nuevo ente con el ex secretario de medios porteño, Miguel De Godoy al frente.

La intención del ejecutivo es que allí converjan los mecanismos de control de los sectores audiovisual y de telecomunicaciones, que en conjunto facturan alrededor de 120.000 millones de pesos al año. De esta manera, los directorios de ambas autoridades, presididos actualmente por Martín Sabbatella y Norberto Berner, serán finalmente removidos.

Estos pasos, que vienen siendo estudiados desde hace meses en las áreas técnicas de Pro están siendo monitoreados en persona por el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto con De Godoy y el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, quien ya había adelantado que la Ley de Medios no seguiría tal como fue sancionada.

El objetivo principal no está tanto en el ámbito de los medios audiovisuales como en el de las telecomunicaciones, que para el macrismo están colapsadas. Por eso mismo, analizan exigir a las empresas de telecomunicaciones que anticipen inversiones. Sobre este tema también podría haber anuncios próximamente.

El jueves pasado, hubo una multitudinaria movilización al Congreso contra las primeras políticas instrumentadas por el nuevo gobierno y una de las consignas de la convocatoria fue precisamente la defensa de la ley de medios, una bandera que vienen sosteniendo desde el anterior gobierno. De hecho, las definiciones sobre la regulación de los sectores convergentes estaban previstas para mediados o fines de la semana pasada. Ahora, el DNU podría publicarse pasado mañana.

Según sostuvo el presidente Mauricio Macri, «La ley de medios nació tecnológicamente atrasada y fue hecha contra el grupo Clarín. Vamos a desarticular ese aspecto», indicó al diario La Nación, una fuente que trabaja en la reforma.

Aunque no está definido cómo se hará, los equipos de Macri en estas áreas trabajan en cambiar drásticamente los artículos más controvertidos de la ley de medios -entre ellos el 41 y el 45, que impiden la venta de los medios privados con fines de lucro y le ponen límites a su expansión-, cuya constitucionalidad fue confirmada por la Corte Suprema en 2013.

Si así ocurriese, el plan es crear una comisión para analizar cambios y tal vez el año próximo enviar al Congreso una nueva ley que concrete las reformas.

En el entorno de Aguad aclaran que estos cambios sólo alcanzarán a las empresas con fines de lucro y que el marco regulatorio del sector sin fines de lucro no sufrirá modificaciones. Aunque se están analizando varias legislaciones, la de Chile asoma como el modelo que el Gobierno evalúa seguir.

Por el atraso en el desarrollo de infraestructura, el área de Comunicaciones es una de las que mayor aporte de inversiones puede realizar en el corto plazo.

Pero se encuentran con restricciones concretas en las normas vigentes y con autoridades de aplicación en gran medida superpuestas y con muy alto poder discrecional.

Más allá de estos aspectos, Comunicaciones aún debe completar su estructura, que -además del ente que reemplazará a Afsca y Aftic- estará compuesta por dos secretarías, una de Telecomunicaciones y otra de Inversión y Planificación Estratégica.

Bajo su órbita también están las empresas estatales Correo Oficial y Arsat (esta última es considerada por el Gobierno la pieza más valiosa del nuevo ministerio).

Pero, por ahora, ésta es una cartera nómade: en su primera semana funcionó en el piso 19 de la sede de la Aftic pero en estos días se mudará a una planta desocupada en el edificio de Aerolíneas Argentinas. Eso, hasta que finalmente encuentre su destino.

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