Lula elogió a Kirchner, criticó a los mercados financieros y pidió apostar a la educación

El ex presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, fue el principal disertante en la apertura del 3er Congreso Internacional de Responsabilidad Social que se celebra en Buenos Aires, espacio que utilizó para criticar a los mercados financieros y para recordar especialmente al ex mandatario argentino Néstor Kirchner.
Lula expuso durante más de 75 minutos ante un colmado auditorio instalado en la Sociedad Rural de Palermo, haciendo hincapié en las finanzas y la economía de su país y de la región, al tiempo que fustigó a los gobiernos y actores «que ante los primeros síntomas de crisis comienzan a hablar de ajuste».

«Todas las experiencias de ajuste llevaron a los países a un empobrecimiento», señaló el ex presidente en el día en que se conoció la noticia de que su país había perdido el «invesment grade» que otorga Standard & Poor’s. Lula señaló que esas evaluadoras de riesgo no son tan rígidas a la hora de medir los riesgos europeos y acusó a los centros financieros de «no saber resolver la crisis» luego «de siete años».

«Todos los países que pasaron por ajustes aumentaron su deuda pública», explicó Lula señalando los casos de las principales economías mundiales.

Además releyó las resoluciones del G-20 celebrado en abril del 2009 para criticar la «ausencia de liderazgos políticos» capaces de llevar adelante las medidas que «reconstruyan la confianza».
«En economía no hay recetas mágicas, sino la palabra ‘confianza'», añadió.
Respecto de la relación bilateral, el presidente brasileño recordó con especial énfasis su primer viaje oficial fuera de su país, que tuvo como destino Buenos Aires, y donde tomó conocimiento de la existencia de quien luego sería presidente, Néstor Kirchner.
«Nunca en la historia de Brasil la relación con Argentina fue tan perfecta» como cuando llegó Kirchner al poder, dijo el político nacido en Pernambuco, dedicando también un párrafo a la cumbre de Mar del Plata en la que se dio por tierra con el proyecto norteamericano del ALCA.
Destacó asimismo el crecimiento del comercio bilateral durante la última década, aunque reconoció que en el último tiempo «ha caído un poco».
Lula criticó la injerencia norteamericana respecto de las cuestiones relacionadas con las deudas soberanas y apuntó especialmente a la justicia de ese país, en lo que pudo interpretarse como un señalamiento contra el juez Thomas Griesa: «Hoy un juez norteamericano decide el futuro de millones».
El dirigente del PT también dedicó un párrafo a la historia económica argentina, destacó que a principios del siglo XX ocupaba el quinto lugar mundial y bromeó diciendo que «cuando preguntaban por la capital de Brasil la respuesta era Buenos Aires».
«Los militares brasileños fueron más nacionalistas que los argentinos, y por eso Argentina fue desindustrializada», añadió.
Al evaluar su gestión al frente de Planalto, recordó que su principal meta fue darle una comida diaria a todos los brasileños: «Las políticas sociales son responsabilidad del estado».
«Los principales economistas decían que Brasil estaba quebrado, pero sabía que cuando los más pobres subieran en la escala social, la clase media podría subir, y los empresarios también, porque todo el mundo podría ganar», señaló.
«Mucho dinero en pocas manos es pobreza, poco dinero en muchas manos es riqueza. Para algunos eso era populismo, para los que tenían dinero y no tenían problemas, no tenían noción de lo que es un poco de dinero en las manos de esa persona, de una madre que podía llevar el alimento a la mesa y a sus hijos».
La cuestión educativa fue especialmente abordada por Lula y recordó que a su llegada al gobierno «prohibió» a sus ministros «que se llamara gasto a la inversión en educación».
Por último, señaló que su gestión cuadruplicó en 10 años la cantidad de escuelas técnicas construidas respecto de las construidas en un siglo, y se mostró orgulloso ya que pasará «a la historia como el presidente que más centros universitarios abrió».

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