CFK-Casanello

El juez federal Luis Rodríguez procesó por falso testimonio y embargó a los dos únicos testigos, Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino, quienes en programas televisivos habían asegurado haber visto a Casanello en una sala de espera de la residencia presidencial para un presunto encuentro con la primera mandataria. Ahora la Cámara Federal confirmó los procesamientos.

La reunión, que situaba en el segundo semestre de 2015, fue utilizada el año pasado por Martín Báez, uno de los hijos del empresario Lázaro Báez, detenido en Ezeiza por lavado de dinero, como argumento para pedir la recusación de Casanello. A pesar de la fuerte operación mediática que buscó dar por cierta esta versión, los elementos concretos nunca resultaron del todo convincentes.

Casanello aseguró que no conoce a los supuestos testigos y demostró, registros mediante, que nunca estuvo en la Quinta de Olivos.

Uno de los principales impulsores de esta esta jugada fue el abogado Santiago Viola, patrocinante en su momento de los tres hijos menores de Báez, aunque en los pasillos de Comodoro Py siempre se sospechó que detrás de todo estaba la mano de la SIDE

Según el fallo, Corizzo declaró bajo juramento ante el fiscal Carlos Stornelli que “con motivo de su actividad política en el “Frente para la Victoria” fue a la Quinta Presidencial de Olivos ello en tiempos de plena campaña en los meses de septiembre u octubre de 2015, llegando a aquel destino alrededor de las 18:00 horas y que fue llevado allí por un chofer de Presidencia de la Nación de nombre “Marcelo” en un vehículo marca Ford modelo Focus de un color oscuro, siendo que su concurrencia al lugar tenía por objeto encontrarse con el señor Wado de Pedro a quien también conocía de la política”.

“Dentro de la Quinta Presidencial al Juez Casanello vio llamándole la atención la presencia de quien en los medios se daba manija con el apelativo “tortuga” y porque estaba vestido de sport, con un pantalón clarito, de saco marrón y corbata, no de traje y que se encontraba solo”, proseguía el testimonio de Corizzo.

Por su parte, Scozzino explicó que “como chofer en la cochera presidencial en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional recordó que entre los meses de agosto y octubre de 2015, sin poder precisar fecha exacta llevó al precitado Gabriel Corizzo a la Quinta presidencial de Olivos en uno de los autos nuevos marca “Ford” modelo “Focus” con dominio que comenzaba con las letras OZP habiendo ingresado por la calle Villate, ingresos que generalmente se registraban para lo cual presentaba su credencial o documento y que el día que concurrió con Corizzo fue así, luego ser revisado por el perro antibomba y con un espejo por debajo del vehículo, se dirigió al fondo donde se encuentra la jefatura de gabinete y allí en una rotonda se deja al funcionario, sin recordar cuanto tiempo se quedaron y no sabía a quien había ido a ver Corizzo”.

Casanello aseguró que no conoce a los supuestos testigos y demostró, registros mediante, que nunca estuvo en la Quinta de Olivos, como tampoco estuvieron Corizzo y Scozzino.

Ante un planteo de las defensas, la sala 2 de la Cámara del Fuero, con los votos de Eduardo Farah y Martín Irurzun, ratificó lo actuado por Rodríguez porque ningún elemento permitió probar la existencia de la reunión entre Casanello y Cristina Fernández de Kirchner.

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