Eduardo Fernández
Eduardo Fernández, presidente de APYME

El sector pyme no fue convocado para participar de las negociaciones que mantuvo el gobierno con la CGT y el parte del empresariado, para la discusión del pago de un bono orientado a recomponer la pérdida del poder adquisitivo del salario.

Las entidades que representan a los pequeños y medianos empresarios fueron deliberadamente excluidos de la mesa de diálogo donde se estableció el pago de un “bono de referencia” de 2 mil pesos para trabajadores del sector privado.

En este sentido, el presidente de APYME, Eduardo Fernández expresó en diálogo con radio 10, que “el hecho que se haya hablado en nombre nuestro, y se nos quiera imponer el pago de este bono sin consultarnos, ni invitarnos a participar de las discusiones es una clara muestra de la falta de comprensión que atraviesa nuestro sector, y que nosotros venimos alertando, explicó el empresario.

El sector de las pymes está atravesando una crisis importante, producto de la caída de las ventas, la retracción del mercado interno, la falta de consumo y los aumentos desmedidos que dejó el tarifazo a los servicios públicos. No obstante, Fernandez aclaró que “nosotros, desde nuestra entidad no aceptamos que haya empleados o trabajadores de distinto rango, y por supuesto que acompañamos en la necesidad de recomponer la pérdida del poder adquisitivo de los empleados pyme»

Si embargo, Fernández sostiene que «lo cierto es que no le sirve ni al trabajador porque no es una recomposición permanten, y tampoco al empresario pyme por la imposibilidad de afrontarlo; por eso decimos con toda claridad que sin la asistencia del Estado como elemento dinamizador y corrector de las desigualdades que se han producido por las políticas económicas, nos es imposible de afrontar el pago del bono».


“Esta negociación no le sirve a los trabajadores porque no es una mejora permantente en la composición del salario, ni a las pymes por la imposibilidad de pagarlo”


El dirigente reconoció que “asiste la razón a los trabajadores en la recomposición de su salario, pero si no hay algún elemento que iguale a las pymes con aquellas empresas con podibilidad de trasladar el incremento a precios por su posición monopólica o por ser favorecidas por las políticas económicas, como las agro exportadoras; muestra a las claras la falta de comprensión de la situación que atraviesa el país.

“La negociación ha sido incompleta y con ausencia del sector”, sentenció el empresario.

Sobre la reglamentación de la mal llamada “ley pyme”, Fernández explicó que “esta ley que fue aprobada el 13 de julio no contemplo la emergencia del sector que planeamos desde APYME. El diferimiento del IVA es solamente el desplazamiento a 90 días y luego entra todo los meses, además, muchos de los beneficios impositivos que plantea la norma, rigen en el período de 2017 y tendrán efecto financiero recién en 2018. También hay beneficios como el pago a cuenta por las inversiones que inexplicablemente tienen vigencia solo hasta 2018 y si uno tiene en cuenta por ejemplo el caso de las construcciones, esto lleva más de un año».

Según pudo averiguar PDN durante la semana, los empresarios del sector buscarían que el gobierno eche mano a alguna herramienta que le permita a este sector productivo afrontar el pago de este bono. Entre las posibilidades que se barajaron, se habló de un crédito a tasa cero y pagadero en 12 o más cuotas o bien la posibilidad de descontar el pago total o parcial del bono, de las cargas patronales o el pago del IVA. Habrá que ver cuán dispuesto está el gobierno de Macri a facilitar a este sector del empresariado nacional que ostenta el mayor caudal de empleo registrado. Seguramente, la decisión del ejecutivo en este sentido demostrará si existe o no un voluntad genuina en mejorar el bolsillo de los trabajadores o si solo buscaban frenar una medida de fuerza de alcance nacional.

Por estos motivos, Fernández entiende que esta ley tienen algunos beneficios impositivos interesantes pero de ninguna manera resuelve el problema del flujo financiero, ni de recuperación del mercado interno, que son dos elementos sustanciales para la subsistencia de la pequeña y mediana empresa.

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